Gracias al bioacústico Michel André y sus colegas de la Universidad Politécnica de Barcelona hoy día es posible escuchar casi en tiempo real los sonidos del océano por medio de la página web LIDO (Listening to the Deep Ocean Environment), esto es posible debido a un sistema de 10 hidrófonos que permiten registrar y archivar el ruido submarino con el fin de estudiar las consecuencias que puede tener la actividad humana sobre los cetáceos. "Es la primera vez que hemos sido capaces de controlar las fuentes acústicas a gran escala, temporal y espacial", según André.
Los hidrófonos estan posicionados en varios puntos de los mares de Europa y Canadá y por medio de un algoritmo desarrollado por el equipo de André filtra los diferentes sonidos, permitiendo así identificar la fuente sonora que puede ser desde ballenas y delfines hasta las diferentes actividades que los seres humanos desarrollan como la pesca y pruebas sísmicas, entre otros.
Según la página web “Para los oceanógrafos acústicos, los sismólogos marinos y exploradores minerales, el sonido es la herramienta más poderosa de teledetección disponible para determinar la estructura geológica de los fondos marinos y descubrir reservas de petróleo y de gas muy por debajo del fondo marino.”
Con LIDO se espera descubrir si los sonidos generados por la población humana interfieren en la comunicación de estos animales marinos o si causa algún daño físico en ellos.
Los hidrófonos estan posicionados en varios puntos de los mares de Europa y Canadá y por medio de un algoritmo desarrollado por el equipo de André filtra los diferentes sonidos, permitiendo así identificar la fuente sonora que puede ser desde ballenas y delfines hasta las diferentes actividades que los seres humanos desarrollan como la pesca y pruebas sísmicas, entre otros.
Según la página web “Para los oceanógrafos acústicos, los sismólogos marinos y exploradores minerales, el sonido es la herramienta más poderosa de teledetección disponible para determinar la estructura geológica de los fondos marinos y descubrir reservas de petróleo y de gas muy por debajo del fondo marino.”
Con LIDO se espera descubrir si los sonidos generados por la población humana interfieren en la comunicación de estos animales marinos o si causa algún daño físico en ellos.
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